MamáFerrari: galm
Mostrando entradas con la etiqueta galm. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta galm. Mostrar todas las entradas

lunes, 17 de agosto de 2020

Jimena, la teta y yo. Parte II

Vamos con la segunda parte del inicio de nuestra lactancia. 

Después de meter el primer biberón me conciencié que podría hacer lactancia en diferido. Realmente no conocía el termino pero mi idea era sacar la leche y dársela en el biberón, así ella podría tener todos los beneficios de la leche materna y yo los pezones sanos.

Mi tía vino a visitarme y me dio un sobre con dinero y me dijo "toma para el bautizo de la niña" y automáticamente le dije a mi marido "acércate a la farmacia y compra un sacaleches eléctrico". No estaba yo para pensar en un bautizo, ni en otra cosa que no fuera alimentar a mi hija de la manera que yo consideraba mejor. Esa misma tarde me puse a darle caña al sacaleches y que desilusiones me llevaba cuando sacaba tan poquita leche, pero que contenta me ponía cuando cada vez sacaba un poquito más.

Fue una época bastante dura. Sobre todo tenia que sacar de noche, las tomas nocturnas son muy importantes, entonces tenia que simular esas tomas para la estimulación de la prolactina y que ahí salieran chorros de amor. Recuerdo que en pocas noches pase de caer unas gotitas a salir chorros grandes y a casi llenar bibis completos. A la vez daba leche de formula porque lo que sacaba no me daba para todas las tomas del día. 
Yo no dejaba de ponerme a la niña a la teta también pero cuando me la ponía "mas de la cuenta" al final acababa otra vez con dolor en los pezones.

Sinceramente, era muy coñazo ir cargando con biberón, leche de formula, agua, termo, sacaleches, embudos, pilas... un montón de artefactos para salir un rato de paseo. 

Durante un par de meses estuve buscando información sobre si podría volver a dar la teta a la niña. Un día en facebook una chica de un grupo de apoyo a la lactancia me habló en privado pidiéndome ayuda para un trabajo final para ser asesora de lactancia. Vi el cielo. No sabia que finalmente me ayudaría ella a mi.  Le conté mi caso, ella esperaba hacerme las típicas pregustas y tener información para su trabajo pero finalmente esto se le complicó. La chica se ofreció a buscarme un grupo de apoyo a la lactancia por mi zona para que fuera presencial y que pudieran echarme una mano.

martes, 26 de noviembre de 2019

Lo que aprendí

Cuando todavía no estaba embarazada, ya tenia algunas amigas alrededor que si lo estaban, incluso que tenían hijos "grandes" y empecé a enterarme de qué era eso de los grupos de apoyo, ya fueran de apoyo a la lactancia o de apoyo a la crianza, y jamás pensé en que yo fuera a necesitarlos por dos razones:
1 estaba convencidísima que yo daría la teta, por lo que no tendría que ir a ningún grupo a que me "convencieran"
2 sabia perfectamente como criar a mi hija, porque mi hija nunca me iba a montar "numeritos" en el super, mi hija dormiría placenteramente en su habitación desde los 7 meses y la hora del baño sería maravillosa siempre.
JA JA Y JA
No podía estar mas equivocada.

Cuando tuve a mi niña, al día siguiente ya tenia problemas con la lactancia, pero me fié de lo que me decían familiares y amigas. No fué hasta los dos meses cuando una completa desconocida me aconsejó de verdad y en tono serio "Laura, tu necesitas ir a un grupo de apoyo a la lactancia" y no se porque, le hice caso, o quizás si se porqué, fue porque esa chica hablaba con tanta seguridad que a mi me proporcionaba seguridad y acudí. En un mes, mis problemas con la lactancia estaban solucionados. ¡¡Magia!!

Ir a ese grupo de lactancia me llevó al mismo grupo pero ha hablar sobre crianza, cuando mi niña empezó a tirar cosas al suelo, cuando grita sin sentido y no se que hacer, cuando decidimos educar con respeto, sin golpes y sin gritos pero no sabes como hacerlo porque nunca has visto a nadie hacerlo así.

Lo que aprendí de los grupos de apoyo a la lactancia y crianza fué amor, respeto, cariño, entrega... no solo lo aprendí de cada una de esas madres hacia sus hijos, si no de cada una de esas mujeres hacia las otras mujeres. Una asesora de lactancia que me habló con todo el cariño del mundo para hacerme ver que mi problema con la lactancia no era mio, si no de mi hija y que yo no notase un ataque en ella. Esa entrega de cada reunión sin animo de lucro que organizan, que te contesten a un whatsapp con alguna duda a las 3 de la mañana... ahí hay mucho, mucho, mucho amor.

Aprendí que hablando de tus problemas y no quedandotelos dentro, no solo te ayudan a ti a desahogarte, ayudan a otra madre a darse cuenta de que no tiene un hijo "bicho raro", que todo lo que esta pasando es normal. Hablar solo de la bueno de la maternidad no nos hace bien a nadie.

Aprendí a tener paciencia, creo que es la palabra mas dicha en estas reuniones, paciencia (es la madre de la ciencia) y amor.

 Aprendí a empoderarme, aprendí a decir como quería (y quiero) que sean las cosas en cuanto a mi hija se refiere, aunque también me empoderó a mi como mujer.

Aprendí que la desnaturalización que tenemos en cuanto a embarazo, parto, lactancia y crianza no nos hace bien a nadie, pero lo que peor parados salen son los niños.

Aprendí a respirar hondo, aprendí a enseñar, aprendí a re-aprender.




Una cosa que hago con mi hija cuando vamos al colegio

La primera idea que tuvimos para llevar a Jimena al cole, era ir andando, pero el cole está a unos 20-25 minutos, en distancia no esta lejos...